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El HMS Victory es un navío de línea británico, famoso por
participar en 1805 en la Batalla de Trafalgar como buque insignia del almirante
Horatio Nelson. Aunque se encuentra en un dique seco del puerto de Portsmouth
(Hampshire) en el sur de Inglaterra como museo, el Victory sigue siendo el
buque insignia del Segundo Lord del Mar (Second Sea Lord, una distinción
honorífica propia de la Marina Real Británica).
Es el único navío de línea que ha sobrevivido hasta el
presente en condiciones originales. El estadounidense USS Constitution (botado
en 1795) también ha sido conservado, pero no es un navío de línea sino que es
una fragata.
Construcción
En 1758, después de que el presupuesto y los planos de un
nuevo navío de tres puentes fueran aprobados, la Marina Real Británica dio
orden a los astilleros de Chatham que empezaran la construcción del buque,
comenzada al año siguiente, en 1759. Se debatió durante un tiempo acerca de si
se debía o no bautizar al buque con el nombre de "Victory", puesto
que el precedente Victory había zozobrado en 1744 con toda su tripulación a
bordo, pero el HMS Victory fue finalmente botado y bautizado en 1765. El resto
de obras (arboladura, velamen, armamento, etc.) fue progresivamente completado
hasta que en 1778 el navío pudo ser atribuido al servicio activo.
En servicio
El Victory conoció su bautismo de fuego en el año mismo en
que entró en servicio, 1778, año en que participó en la primera Batalla de
Ushant, durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos. También
participó en la segunda Batalla de Ushant (1781, también durante la guerra de
independencia estadounidense) y en la Batalla del Cabo de San Vicente (1797,
durante las Guerras revolucionarias francesas). En febrero de 1798 el
Almirantazgo Británico decidió anclar al Victory en Chatham para que fuera
reconvertido en un buque hospital destinado a prisioneros de guerra españoles y
franceses. Sin embargo al año siguiente, en octubre de 1799, el HMS Impregnable
encalló por accidente frente a las costas de Inglaterra. Escaseando cada vez
más en primera línea de combate los buques de tres puentes, la pérdida de este
tres puentes hizo tomar al estado mayor británico la decisión de volver a poner
al Victory en servicio activo en alta mar. Las obras de reacondicionamiento
para el combate naval, en Portsmouth, encontraron una serie de dificultades y
tuvieron que durar tres años, de 1800 a 1803. El 11 de abril de ese año zarpó
de Portsmouth al mando del capitán Samuel Sutton, quien a bordo del Victory
recuperó la fragata Ambuscade el 28 de mayo (esta fragata británica había sido
capturada por los franceses y rebautizada como Embuscade y sólo fue de vuelta a
Inglaterra en 1803, cuando recuperó su nombre original inglés).
El 30 de mayo, frente a las costas de Tolón, el capitán
Sutton intercambió el mando del Victory con el del Amphion, comandado hasta
entonces por el vicealmirante Horatio Nelson, quien daría al Victory la fama
que aún posee hoy en día. Dos años después de ser asignado al mando del
Victory, Nelson participó en la Batalla de Trafalgar, la más decisiva de las
Guerras Napoleónicas, pues fue la que puso término a las armadas francesa y
española ofreciendo de este modo al Reino Unido una supremacía marítima que
duraría hasta la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Nelson no tuvo ocasión de
saber de su victoria pues falleció durante la batalla en el curso de un combate
cerrado con el Redoutable, un gran navío francés de 74 cañones. Desde las cofas
del Redoutable un tirador alcanzó entonces a Nelson. El tiro de mosquete entró
por su hombro izquierdo y bajó directamente hasta sus costillas, rompiendo dos
de ellas, que perforaron su pulmón izquierdo y cortaron la arteria pulmonar,
provocando una lenta muerte al entrar sangre en el pulmón con cada latido del
corazón del vicealmirante.
En la Batalla de Trafalgar, el Victory disponía de 104
cañones:
1.ª cubierta: 30
cañones de 32 libras.
2.ª cubierta: 28
cañones de 24 libras.
3.ª cubierta: 30
cañones de 12 libras (largos).
Alcázar: 12
cañones de 12 libras (cortos).
Castillo de proa:
2 cañones de 12 libras (medios) y 2 carronadas de 68 libras.
Después de la Batalla de Trafalgar el Victory sirvió bajo el
mando de varios almirantes hasta que en 1812 fue retirado del servicio activo y
anclado indefinidamente en el puerto de Gosport (un distrito de Portsmouth)
para ser utilizado como almacén flotante de mercancías. Desde 1889 hasta 1906
sirvió como escuela de telegrafía de la Marina Real, hasta que la escuela
abandonó el buque y éste se fue deteriorando con el paso de los años.
Restauración
En 1921, unos apasionados de la historia naval británica
fundaron la Save the Victory Fund (que puede traducirse aproximadamente como
«Fondo para salvar al Victory»). El gobierno británico decidió acceder a esta
petición para honrar la memoria de Nelson y conmemorar la victoria británica en
las Guerras Napoleónicas, y el 12 de enero de 1922 el buque fue puesto en dique
seco en Portsmouth, donde empezó su restauración. Finalmente, después de seis
años de obras, el rey Jorge V inauguró al Victory como buque museo, aunque el
trabajo de restauración continuó todavía durante un cierto tiempo. En 1941,
durante la Segunda Guerra Mundial, el Victory recibió daños en su casco que
fueron causados por un bombardeo de la Luftwaffe, pero pudo ser reparado.5
Las últimas obras de restauración tuvieron lugar en 2005. El
objeto de esta nueva restauración consistió en dar al Victory el aspecto y
configuración lo más próximos posibles al aspecto y configuración que el navío
tuvo durante la Batalla de Trafalgar. Hoy en día, el Victory sigue estando
oficialmente en servicio activo, a pesar de estar en dique seco. Posee
tripulación e incluso capitán, siendo una de las piezas más simbólicas de la
Marina Real por su importancia en su última batalla, que daría a Inglaterra la
supremacía marítima por casi 150 años.
El HMS Victory continúa activo como buque insignia del
Segundo Lord del Mar,3 y sigue estando abierto al público como barco museo
(recibe más de 350 000 visitantes al año).6 El Victory es pues el buque de
guerra más antiguo del mundo en servicio,2 con treinta años de ventaja sobre la
fragata USS Constitution. Esta última es sin embargo el buque más antiguo del
mundo en estar en servicio activo además de encontrarse todavía en estado de
navegar.
Historial
Astillero Astilleros
de Chatham, Kent (Inglaterra, Reino Unido)
Tipo Navío de
línea
Autorizado 14
de julio de 1758
Iniciado 23
de julio de 17591
Botado 7
de mayo de 17651
Asignado 1778
Destino Activo,
preservado como barco museo
50°48′06.52″N 1°06′34.5″OCoordenadas: 50°48′06.52″N
1°06′34.5″O (mapa)
Características generales
Desplazamiento 3556
t
Eslora 1.ª cubierta:
57 m
Total: 69,3 m
Manga 15,80 m (51 pies
10 pulg)1
Puntal 8,8 m
Calado 8,76 m (28 pies
9 pulg)1
Calado aéreo 62,5 m
Cubiertas 3
Aparejo 5440
m² aparejado como fragata
Armamento 104
cañones.
1.ª cubierta: 30 cañones de 32 libras.
2.ª cubierta: 28 cañones de a 24 libras.
3.ª cubierta: 30 cañones de a 12 libras (largos).
Alcázar: 12 cañones de 12 libras (cortos).
Castillo de proa: 2 cañones de 12 libras (medios) y 2
carronadas de 68 libras.
Velocidad 8 a
9 nudos1
Tripulación 850
hombres1
La victoria de Nelson en Trafalgar terminó con la
amenaza de una invasión francesa y garantizó el dominio británico de los mares
durante los 100 años siguientes. Sin embargo, en el momento de su mayor triunfo, el
principal héroe británico fue abatido en la cubierta de su capitana, HMS
Victory.
Datos de la batalla de Trafalgar
Quiénes: La flora francoespañola de 33 navíos de línea bajo
el mando del almirante Pierre Villeneuve (1763-1806) frente a una flota inglesa
de 27 navíos de línea bajo el mando de lord Horatio Nelson (1758-1805).
Cómo: El ataque frontal de Nelson contra la línea francoespañola rompió su formación y permitió que la superior artillería de los buques ingleses destruyera al enemigo.
Dónde: En la entrada occidental del estrecho de Gibraltar, frente al cabo Trafalgar (España).
Cuándo: 21 de octubre de 1805.
Por qué: Nelson, que había perseguido a la flota francoespañola alrededor del mundo, la alcanzó en el estrecho de Gibraltar y Villeneuve decidió, por motivos personales, combatir en lugar de huir.
Resultado: La flota combinada, a pesar de una heroica resistencia, fue destrozada e Inglaterra eliminó para siempre la amenaza de una invasión francesa.
Cómo: El ataque frontal de Nelson contra la línea francoespañola rompió su formación y permitió que la superior artillería de los buques ingleses destruyera al enemigo.
Dónde: En la entrada occidental del estrecho de Gibraltar, frente al cabo Trafalgar (España).
Cuándo: 21 de octubre de 1805.
Por qué: Nelson, que había perseguido a la flota francoespañola alrededor del mundo, la alcanzó en el estrecho de Gibraltar y Villeneuve decidió, por motivos personales, combatir en lugar de huir.
Resultado: La flota combinada, a pesar de una heroica resistencia, fue destrozada e Inglaterra eliminó para siempre la amenaza de una invasión francesa.
Antecedentes
La victoria de Nelson en Trafalgar hace 200 años es
la batalla naval más famosa y decisiva de todos los tiempos. No obstante, se
olvida con frecuencia que era producto de los planes de Napoleón de invadir
Inglaterra. En la primavera de 1805, Napoleón había reunido unas 2.000
cañoneras y transportes en los puertos franceses del canal de la Mancha para
trasladar a un ejército de 167.000 soldados veteranos a la costa de Kent.
Para que la invasión tuviera éxito, Napoleón tenía que estar seguro de que la
Marina Real británica hubiera sido atraída bien lejos del canal de la Mancha,
mientras su destartalada flotilla de gabarras y barcazas zarpaba de Boulogne y
Calais.
Napoleón tenía la virtud de nombrar a los hombres equivocados para los puestos cruciales cuando se trataba de la guerra naval, y cuando eligió al conde Pierre Villeneuve, se lució de verdad. No solo había sobrevivido a la bahía de Aboukir (1798), adquiriendo así un terror a Nelson de por vida, sino que Villeneuve detestaba la persona y la política de Napoleón, y especialmente su plan de atraer a Nelson a las Antillas con el escuadrón de Villeneuve, que zarpó de Tolón el 30 de marzo. En ese mismo momento, Nelson estaba navegando entre Cerdeña y Sicilia, esperando que Villeneuve pusiera rumbo a Egipto. Hasta el 18 de abril no supo que la flota francesa se dirigía al oeste por el Atlántico.
El 12 de mayo, con 10 navíos de línea y tres fragatas, Nelson se dirigió hacia el Atlántico con destino a las Antillas. Cuatro días después, Villeneuve había llegado a Martinica, donde estaba decidido a permanecer hasta que el almirante Ganteaume con sus 21 navíos de línea se uniera a él desde Brest. Sin embargo, Villeneuve tenía que empezar a navegar de regreso a aguas europeas para respaldar los desembarcos de Napoleón el 22 de junio como máximo. El 26 de mayo se les unieron seis navíos de línea españoles bajo el mando del almirante Federico Gravina (1757-1806), incrementando la flota combinada hasta 21 navíos de línea.
Napoleón tenía la virtud de nombrar a los hombres equivocados para los puestos cruciales cuando se trataba de la guerra naval, y cuando eligió al conde Pierre Villeneuve, se lució de verdad. No solo había sobrevivido a la bahía de Aboukir (1798), adquiriendo así un terror a Nelson de por vida, sino que Villeneuve detestaba la persona y la política de Napoleón, y especialmente su plan de atraer a Nelson a las Antillas con el escuadrón de Villeneuve, que zarpó de Tolón el 30 de marzo. En ese mismo momento, Nelson estaba navegando entre Cerdeña y Sicilia, esperando que Villeneuve pusiera rumbo a Egipto. Hasta el 18 de abril no supo que la flota francesa se dirigía al oeste por el Atlántico.
El 12 de mayo, con 10 navíos de línea y tres fragatas, Nelson se dirigió hacia el Atlántico con destino a las Antillas. Cuatro días después, Villeneuve había llegado a Martinica, donde estaba decidido a permanecer hasta que el almirante Ganteaume con sus 21 navíos de línea se uniera a él desde Brest. Sin embargo, Villeneuve tenía que empezar a navegar de regreso a aguas europeas para respaldar los desembarcos de Napoleón el 22 de junio como máximo. El 26 de mayo se les unieron seis navíos de línea españoles bajo el mando del almirante Federico Gravina (1757-1806), incrementando la flota combinada hasta 21 navíos de línea.
La acción de calder
Entre tanto, Nelson había recibido de nuevo
información errónea, de modo que cuando llegó a las Antillas navegó hacia el
sur a Trinidad en lugar de hacia el norte. Una vez más, no había logrado
encontrar al escurridizo enemigo. El colega de Nelson, comandante de la flota
del canal de la Mancha, el almirante sir Robert Calder (1745-1845), tuvo más
suerte, pues se tropezó con la flota combinada frente al cabo Finisterre el 22
de julio. Calder tenía 15 navíos de línea, frente a los 21 navíos de línea y
siete fragatas de Villeneuve. Se produjo una acción poco concluyente en la que
Calder capturó a dos buques españoles y causó daños a otros cuatro, mientras
sufría daños en solo cuatro buques y contaba 199 bajas en su propio escuadrón.
Ambas flotas se hicieron a la vela en direcciones opuestas el 27 de julio.
Aunque Calder pensaba que lo había hecho bien, su incapacidad de destruir la flota combinada suscitó críticas en casa, y Calder exigió un consejo de guerra para limpiar su nombre. El único consuelo de Calder era que el comportamiento de Villeneuve se consideraba aún peor.
Descortésmente, el comandante francés culpó a Gravina y a los españoles por la derrota de Finisterre, cuando de hecho los españoles habían peleado espléndidamente, como Napoleón (un inveterado hispanófobo) tuvo que reconocer un mes después.
Aunque Calder pensaba que lo había hecho bien, su incapacidad de destruir la flota combinada suscitó críticas en casa, y Calder exigió un consejo de guerra para limpiar su nombre. El único consuelo de Calder era que el comportamiento de Villeneuve se consideraba aún peor.
Descortésmente, el comandante francés culpó a Gravina y a los españoles por la derrota de Finisterre, cuando de hecho los españoles habían peleado espléndidamente, como Napoleón (un inveterado hispanófobo) tuvo que reconocer un mes después.
Nelson en cadiz
Nelson tampoco tenía nada que celebrar cuando
regresó por última vez a Inglaterra el 19 de agosto. El mismo día que Nelson
volvía a tomar el mando del escuadrón británico que bloqueaba Cádiz (29 de
septiembre), el almirante celebraba su 47 cumpleaños, aunque aparentaba al
menos una década más.
Nelson se reanimó cuando la promesa de ayuda de Pitt se cumplió de forma bastante inesperada: el 15 de octubre, Nelson tenía unos 27 navíos de línea y cinco fragatas. Las fragatas estaban bajo el mando del capitán sir Henry Blackwood (1770-1832), y se mantuvieron a unas 3 millas de la costa para vigilar a la flota combinada en Cádiz. La flota combinada tenía 2.600 marinos y 33 navíos de línea, contra los 27 navíos y 2.100 marinos de Nelson.
Nelson planeaba que, una vez que la flota combinada zarpara de Cádiz, atacaría al enemigo en dos columnas en ángulo recto con su línea, rompiéndola así y después aislando y destruyendo la parte trasera antes de que la vanguardia pudiera respaldarla. Tal vez Nelson pensara que este plan era «secreto»; sin embargo, Villeneuve, que había estudiado atentamente a Nelson, se dio cuenta inmediatamente de que Nelson iba a hacer esto. Villeneuve puede haber sido un tímido y poco inspirado comandante de hombres, pero no era tonto, y sus acciones el 21 de octubre demostraron que tampoco era ningún cobarde.
Nelson se reanimó cuando la promesa de ayuda de Pitt se cumplió de forma bastante inesperada: el 15 de octubre, Nelson tenía unos 27 navíos de línea y cinco fragatas. Las fragatas estaban bajo el mando del capitán sir Henry Blackwood (1770-1832), y se mantuvieron a unas 3 millas de la costa para vigilar a la flota combinada en Cádiz. La flota combinada tenía 2.600 marinos y 33 navíos de línea, contra los 27 navíos y 2.100 marinos de Nelson.
Nelson planeaba que, una vez que la flota combinada zarpara de Cádiz, atacaría al enemigo en dos columnas en ángulo recto con su línea, rompiéndola así y después aislando y destruyendo la parte trasera antes de que la vanguardia pudiera respaldarla. Tal vez Nelson pensara que este plan era «secreto»; sin embargo, Villeneuve, que había estudiado atentamente a Nelson, se dio cuenta inmediatamente de que Nelson iba a hacer esto. Villeneuve puede haber sido un tímido y poco inspirado comandante de hombres, pero no era tonto, y sus acciones el 21 de octubre demostraron que tampoco era ningún cobarde.
Disposiciones
La flota combinada empezó a salir de Cádiz en las
primeras horas del sábado 19 de octubre, pero dos días después solo había
llegado a la entrada del estrecho de Gibraltar. La línea de batalla
francoespañola, si se puede llamar así, era una desordenada y dispersa
confusión de buques de 9 millas de longitud. Esa mañana, lunes 21 de octubre,
sería fatídica para ambos bandos cuando una creciente marejada anunció la
aproximación de una tormenta del Atlántico.
Disposición francoespañola
Con destino inicial en el Mediterráneo, Villeneuve
dio órdenes de que la flota entera invirtiese el rumbo porque estaba decidido a
morir en la batalla y no tener que enfrentarse a la ira del odioso corso si
escapaba a Nápoles. Hacia
las 10:00, su flota, en forma de una media luna irregular con amplios espacios
entre las naves, había cambiado finalmente de dirección. La división del
almirante Le Pelley formaba ahora la vanguardia mientras que los duros españoles
de Gravina, que habían estado a la cabeza, se convirtieron en la retaguardia.
Una hora después, Villeneuve observó cómo la flota de Nelson caía sobre él en
dos columnas separadas.
Disposición de los ingleses
En cuanto a los ingleses, se habían preparado para
la batalla desde las 06:00. Nelson estaba decidido a dar caza y alcanzar a la flota combinada en
fuga. Para su asombro y el de los demás comandantes ingleses, el enemigo, a las
08:40, cambió de dirección y se dirigió de nuevo al oeste, directamente hacia
ellos. Como siempre, Nelson estaba decidido a tomar la delantera con su HMS
Victory (su capitana de 100 cañones), aunque sus comandantes le advirtieron que
esto le convertiría en un blanco muy fácil para el fuego del enemigo. Nelson
descartó la idea de que debía dejar que el escuadrón de su segundo, el
almirante Collingwood, tomara la delantera. A las 11:00, Nelson izó una
señal singular, pero alentadora, aunque claramente evidente, a su flota:
«Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber». Hubo un tremendo
rugido de aprobación de los oficiales y hombres de toda la flota inglesa cuando
la señal fue leída y comprendida.
La batalla
Cuarenta y cinco minutos más tarde se iniciaron los
primeros disparos vacilantes mientras Villeneuve, en su capitana el Bucentaure
(80 cañones), izaba cautelosamente su gallardete. Nelson, en cambio, estaba en la
cubierta de popa del Victory cuando hizo, a las 11:50, su última señal a la
flota: «Atacar al enemigo más de cerca». A las 12:04, los sólidos costados de
roble del Victory recibían una lluvia de disparos del Bucentaure (que
concentraba su fuego en la aleta de babor de la nave inglesa), del Redoutable,
del Héros y del gigantesco español Santísima Trinidad, de 136 cañones, capitana
del almirante Baltasar de Cisneros.
Mientras estos disparaban andanadas contra el Victory, los francotiradores franceses y españoles en cubierta y en los mástiles barrían las cubiertas de la capitana inglesa con fuego de mosquete. La rueda del timón del Victory fue destrozada, obligando a gobernarlo desde una cubierta interior; el secretario de Nelson, John Scott, fue abatido; el mastelero de sobremesana fue arrancado y todos los demás mástiles sufrieron daños. El Victory pasó al fin bajo la popa del Bucentaure, y disparó una devastadora andanada de barrido con doble carga a través de sus galerías de popa, desmontando 20 cañones y matando a docenas de tripulantes. El resto de la flota lo siguió, rompiendo la línea francoespañola, tal como Nelson había planeado, y la batalla se convirtió en una refriega de acciones individuales de buque contra buque, donde la superior artillería inglesa podía dominar.
Mientras estos disparaban andanadas contra el Victory, los francotiradores franceses y españoles en cubierta y en los mástiles barrían las cubiertas de la capitana inglesa con fuego de mosquete. La rueda del timón del Victory fue destrozada, obligando a gobernarlo desde una cubierta interior; el secretario de Nelson, John Scott, fue abatido; el mastelero de sobremesana fue arrancado y todos los demás mástiles sufrieron daños. El Victory pasó al fin bajo la popa del Bucentaure, y disparó una devastadora andanada de barrido con doble carga a través de sus galerías de popa, desmontando 20 cañones y matando a docenas de tripulantes. El resto de la flota lo siguió, rompiendo la línea francoespañola, tal como Nelson había planeado, y la batalla se convirtió en una refriega de acciones individuales de buque contra buque, donde la superior artillería inglesa podía dominar.
Caída del redoutable y Santísima Trinidad
A las 13:10, el Victory combatía con el francés
Redoutable, bajo el mando del capitán Jean-Jacques Lucas, un incendiario
provenzal, quien inspiró a su tripulación para pelear ferozmente contra el
enemigo inglés. En
cuestión de minutos, el preciso y mortal fuego francés había matado a 40
infantes de marina. Un francotirador a bordo del Redoutable alcanzó a Nelson
con un disparo que penetró por el hombro del almirante, le atravesó el pulmón y
le perforó la columna vertebral.
Ahora y durante las dos horas siguientes, la batalla alcanzó su mayor furia. La nave francesa recibía fuego desde ambos lados, cuando el HMS Téméraire,de 98 cañones, se unió al combate. A las 13:40 el Téméraire barrió al Redoutable, que era ya un despojo, con repetidas andanadas, pero Lucas y su valiente tripulación se negaron a arriar la bandera hasta que el barco inglés quedó en un estado tan deprimente como su propio buque. Finalmente, Lucas y sus hombres, totalmente agotados, se rindieron. El Redoutable había sufrido 487 muertos y 81 heridos, entre ellos Lucas: ¡un asombroso 88% de su tripulación!
A las 14:30 el Santísima Trinidad era también un completo despojo; sin embargo, cuando una partida de abordaje inglesa pisó su cubierta, un oficial español informó de que la orgullosa capitana no había capitulado, a pesar de ser incapaz de disparar un solo cañón. Tardaría horas en ser finalmente tomada por los ingleses. El Bucentaure estaba también, a las 16:15, fuera de servicio con 450 bajas, apenas un tripulante todavía en pie, sus tres capitanes heridos.
Ahora y durante las dos horas siguientes, la batalla alcanzó su mayor furia. La nave francesa recibía fuego desde ambos lados, cuando el HMS Téméraire,de 98 cañones, se unió al combate. A las 13:40 el Téméraire barrió al Redoutable, que era ya un despojo, con repetidas andanadas, pero Lucas y su valiente tripulación se negaron a arriar la bandera hasta que el barco inglés quedó en un estado tan deprimente como su propio buque. Finalmente, Lucas y sus hombres, totalmente agotados, se rindieron. El Redoutable había sufrido 487 muertos y 81 heridos, entre ellos Lucas: ¡un asombroso 88% de su tripulación!
A las 14:30 el Santísima Trinidad era también un completo despojo; sin embargo, cuando una partida de abordaje inglesa pisó su cubierta, un oficial español informó de que la orgullosa capitana no había capitulado, a pesar de ser incapaz de disparar un solo cañón. Tardaría horas en ser finalmente tomada por los ingleses. El Bucentaure estaba también, a las 16:15, fuera de servicio con 450 bajas, apenas un tripulante todavía en pie, sus tres capitanes heridos.
Fin de la batalla
Villeneuve, que había permanecido en pie,
completamente inmóvil, durante toda la terrible experiencia, deseando con todo
su corazón ser abatido, no tenía un solo rasguño cuando su averiada capitana se
rindió al capitán Israel Pellew del Conqueror. Quince minutos después, a las 14:30, una vez que
su cirujano, William Beatty, había sido incapaz de hacer nada por él, Nelson
murió, sabiendo que su querida flota había obtenido una gran victoria. Para
entonces Collingwood había destrozado la mayor parte del escuadrón español bajo
el mando del almirante Gravina, bastante al sudoeste del escenario principal de
los combates. Los españoles, como los franceses, opusieron una feroz defensa
de sus buques, aunque al final fueron derrotados por los ingleses, más
experimentados.
Secuelas
Al final de la batalla, 17 buques de la flota
combinada estaban en manos inglesas, y otro era un pecio en llamas. De los 15 supervivientes,
cuatro fueron tomados en la batalla del cabo Ortegal el 4 de noviembre y solo
11 consiguieron regresar a Cádiz, bajo el mando de Gravina, gravemente herido.
No obstante, después de la batalla estalló una tormenta, obligando a los
ingleses a barrenar muchas de sus presas, duramente ganadas.
La noticia de la victoria de Nelson llegó a Inglaterra el 6 de noviembre, donde el regocijo ante la derrota de la flota enemiga y el fin de la amenaza de invasión se vio atemperado por el dolor ante la pérdida del mayor de los héroes nacionales. La batalla de Trafalgar, una de las victorias más decisivas de la historia naval, fue el comienzo de un siglo de dominio casi indiscutible para la Marina Real británica.
La noticia de la victoria de Nelson llegó a Inglaterra el 6 de noviembre, donde el regocijo ante la derrota de la flota enemiga y el fin de la amenaza de invasión se vio atemperado por el dolor ante la pérdida del mayor de los héroes nacionales. La batalla de Trafalgar, una de las victorias más decisivas de la historia naval, fue el comienzo de un siglo de dominio casi indiscutible para la Marina Real británica.