Escala 1:700 Marca Revell (Score 7/10)
Nacionalidad: Gran Bretaña
Constructora: Hawthorn Leslie and Compañy
Tipo: Destructor
Clase: K
Eslora: 108′ 66 metros
Manga: 10′ 87 metros
Peso: 2.400 toneladas
Velocidad: 36 nudos
Blindaje: Ninguno
Planta motriz: 2 Motores Water-Tube con calderas y 2 turbinas Parsons de 40.000 hp
Tripulación: 218 tripulantes
Botadura: 26 de Agosto de 1937
Aviones: Ninguno
Armamento:
·6 cañones L/45 de 131 milímetros en tres torretas dobles
·4 cañones antiaéreos Mk.VIII de 20 milímetros
·8 ametralladoras Vickers de 7′ 7 milímetros
·10 tubos lanzatorpedos de 210 milímetros
Historia:
Curiosamente la historia del HMS Kelly no es una de aquellas que sorprenden por sus hazañas, sino todo lo contrario, pues si se preguntase a un marinero “¿te hubiera gustado formar parte de la tripulación del Kelly?”. Su respuesta rotundamente hubiera sido no. En la Antigüedad se ha hablado de barcos malditos, siempre acerca de otros tiempos y otras guerras, sin embargo el HMS Kelly fue un buen ejemplo de ello en la Segunda Guerra Mundial, ya que desde un principio estuvo gafado.
Hawthorn Leslie and Compañy, empresa naval inglesa, se reunió con representantes de la Real Marina Británica (Royal Navy) el 24 de Marzo de 1937 en la ciudad de Hebburn para discutir la puesta en servicio de un destructor que se encargara de proteger dicha zona marítima. La propuesta fue aceptada, naciendo de esta manera el proyecto para construir el HMS Kelly.
Tras varios meses de fabricación, el HMS Kelly fue botado el 26 de Agosto de 1937 en el Río Tyne, Hebburn, justo en el mismo sitio donde se designó su construcción, siendo el número de buque el de F01. El HMS Kelly no era muy diferente de un destructor como todos los de su clase, tenía 108 metros de eslora por 10 metros de manga, dos turbinas Parsons sujetas a dos motores Water-Tube con calderas que le permitían alcanzar una velocidad de 36 nudos y un peso de 2.400 toneladas sin blindaje extra añadido. Además se le introdujo una nueva innovación, el radar Type-285 más potente para detección de submarinos. El armamento principal de seis cañones L/45 de 131 milímetros era excelente para la defensa del barco junto con los diez tubos lanzatorpedos de 210 milímetros, sin embargo, las armas antiaéreas eran muy pobres, sobretodo las ametralladoras obsoletas Vickers de la Primera Guerra Mundial.
Oficialmente el 25 de Octubre de 1938 el HMS Kelly salió a la mar por vez primera. Su capitán durante toda la vida del barco sería siempre el mismo, Lord Louis Mountbatten, futuro Virrey de la India y precursor de la independencia de la Unión India y Pakistán. Un año después de su puesta en servicio, el 23 de Agosto de 1939, justo 11 días más tarde tras la entrada de Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, el barco fue comisionado.
Desde que comenzó la guerra el HMS Kelly se dedicó a patrullar el Estuario del Tyne. El 14 de Diciembre de 1939 un destructor alemán se infiltró en el Río Tyne y colocó varias minas submarinas, tocando el HMS Kelly con una de ellas y quedando envuelto en una explosión que le dañó casi todo el casco. Rápidamente barcos de rescate acudieron en ayuda del HMS Kelly, fueron el remolcador HMS Great Emperor junto con el destructor HMS Mohawk que lo transportaron por el río escoltados por dos buques más de guerra, los destructores el HMS Joffre y HMS Langton. Durante toda una noche tuvo que suspenderse el tráfico naval en el Río Tyne, ya que el remolque del HMS Kelly ocupaba mucho espacio. Al día siguiente, 15 de Diciembre, el destructor inglés consiguió llegar a los astilleros de la Hawthorn Leslie and Compañy donde fue puesto en reparaciones.
Hasta el 28 de Marzo de 1940 la reparación del HMS Kelly no finalizó, saliendo ese mismo día a navegar. Dos días después de ser reparado, el 2 de Marzo, nada más llegar el HMS Kelly al Estuario del Támesis, una tremenda colisión se produjo a la salida del río. El HMS Kelly había chocado con el destructor HMS Gurkha, por lo que otra vez el barco fue llevado a puerto para ser arreglado sin haber pasado apenas 48 horas de su primera reparación. Con estos sucesos infortunados poco a poco la tripulación comenzó a pensar que su barco estaba gafado.
Unas ocho semanas duró la obra para reparar el buque en esta ocasión, siendo completamente arreglado el 27 de Abril de 1940. En cuanto el buque volvió al servicio se dirigió a Noruega, donde británicos y alemanes mantenían un increíble duelo naval para hacerse con el control del país nórdico. Al poco tiempo de llegar el HMS Kelly a las aguas de Noruega, cerca de Namsos, el submarino alemán U-31 le lanzó un torpedo que impactó al destructor provocándole graves daños e incapacitándole para luchar. Por suerte el remolcador que le había rescatado anteriormente, el HMS Great Emperor, le recogió y remolcó hasta Inglaterra donde fue de nuevo sometido a una reparación que duró hasta Diciembre de 1940.
Después de ser reparado el HMS Kelly por tercera vez, partió hacia el Mar Mediterráneo al encuentro de las tropas británicas para ofrecerlas apoyo en la defensa de Grecia. El camino fue todo un calvario para los hombres, pues tuvieron que padecer el miedo ante los submarinos alemanes y a la aviación ítalo-germana que más de un susto le dieron. Al llegar a las costas del sur de España repostó en Gibraltar, luego continuó su viaje a través de las costas de Africa hasta detenerse en el puerto de La Valetta, en Malta. Precisamente en la Isla de Malta el destructor estuvo un largo tiempo anclado ante el peligro que suponía salir de los muelles. Finalmente se hizo a la mar en Mayo de 1941 junto a la 5ª Flotilla de Destructores con rumbo a Creta, donde había comenzado una invasión paracaidista alemana contra la antigua isla minoica.
Fácil debía ser la misión del HMS Kelly en Creta, consistiendo en dar soporte a los convoyes navales británicos para poder llevar a cabo la evacuación de la isla ante la inminente caída en manos alemanas. En Mayo de 1941, el HMS Kelly se situó frente a las costas de Creta junto a los destructores HMS Kashmir y HMS Kipling, mientras navegaban por sus aguas cargueros militares y civiles que escapaban de la isla evacuando a los soldados británicos, australianos y griegos.
Sobre las 8:00 de la mañana del 23 de Mayo de 1940, dos aviones Stuka Junkers Ju-87 del 2º Grupo de Bombarderos en Picado (StG 2) localizaron a los destructores británicos que estaban dando apoyo a la evacuación en Creta; eran el HMS Kelly, el HMS Kashmir y el HMS Kipling. En seguida los destructores comenzaron un intenso fuego antiaéreo contra los aparatos alemanes. El primer Stuka atravesó la pantalla antiaérea sin problemas con un veloz picado y soltó la bomba que impactó en el destructor HMS Kashmir hundiéndolo al instante con 79 vidas a bordo. Como el HMS Kelly estaba muy cerca del HMS Kashmir al ser hundido, quedó totalmente desprotegido entre la confusión y el humo. Rápidamente el segundo Stuka se lanzó en picado activando sus sirenas a la vez que descendía a velocidad de vértigo, en cuanto tuvo en su punto de mira al HMS Kelly arrojó la bomba. El artefacto acertó de lleno en el barco justo al instante en que el Stuka retomaba el vuelo. La explosión hizo que el HMS Kelly se fuera rápidamente a pique, saltando al agua los marineros que estaban en cubierta, pero quedándose atrapados los que se encontraban en el interior. Irremediablemente el HMS Kelly se hundió provocando la muerte de 128 personas que se ahogaron con el barco. En el agua sólamente quedaron 38 supervivientes, entre ellos el capitán Louis Mountbatten, aunque por suerte todos fueron rescatados por el destructor HMS Kipling.
Indudablemente, desde un principio el HMS Kelly, según sus tripulantes, estuvo gafado. Había sufrido un accidente tras otro sin tener oportunidad apenas de participar en la guerra seriamente, para al final ser hundido sin más. La tripulación superviviente llegó a Egipto muy desmoralizada, ya que todos habían perdido a sus amigos en Creta. Para elevarlos la moral el ya ex-capitán Louis Mountabatten les dijo una frase que les motivó para seguir luchando, fue la siguiente: “We didn’t leave the Kelly, the Kelly left us! (Nosotros no abandonamos el Kelly, el Kelly nos abandonó a nosotros)”. Inesperadamente toda la antigua tripulación del HMS Kelly volvió a enrolarse en la Royal Navy, y toda en barcos con más suerte para vengar a su antiguo buque.
Dentro de la cultura popular llegó incluso a filmarse una película de cine sobre el HMS Kelly llamada In Which We Serve e interpretada por los actores Noel Coward y John Mills. Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta bien entrado el siglo XXI, la Asociación Supervivientes del HMS Kelly continuó narrando la historia de su barco y la vida de los compañeros para que nunca cayesen en el olvido.
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