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El U-99 era del tipo
VII B y también fue construido en los astilleros de Germaniawerft de la
ciudad de Kiel. Su construcción finalizó el 31 de marzo del año 1939 y
fue entregado a la “Kriegsemarine” el día 18 de abril de 1940, a partir de cuyo instante se comenzaría a forjar otra leyenda dentro de la manada de los lobos de “Karl Dönitz”…
Su bautismo de
fuego no fue tal, dado que en un alarde de dialogo y “saber hacer”, el
comandante del U 99 (el día 12 de julio de 1940), convenció al capitán del vapor estonio “Merisaar” (del que no se tienen mayores referencias), para que
se dirigiese al puerto de Burdeos a entregar dicho buque y su
mercancía. Esa localidad ya se encontraba en poder de los alemanes desde
hacía bien poco (se ha de tener en cuenta que la capital de Francia
cayó definitivamente en manos alemanas el día 14 de julio de 1940 es
decir dos días después del suceso que nos ocupa). Pese a ovedecer las
ordenes del "teutón", dicho vapor corrió una suerte dispar al ser
hundido por la aviación alemana.
Las patrullas:
El
U 99 efectuó 8 patrullas a lo largo de su azarosa existencia, logrando
mandar al fondo del Océano un total de 39 naves sumando un total de
246,794 TM, y dañar de diversa consideración un total de 5 buques con un tonelaje próximo a las 38.000 Tm.
La actuación más importante:
Una de sus acciones de más relevancia se produjo en el Atlántico cuando en plena noche del día 3 de noviembre de 1940 y
mientras navegaba a cota periscópica el U 99 detectó un vapor
mercantil. El comandante Otto Kretschmer, decidió atacarlo, tras hacer
blanco desde la superficie, el S.S. Casanare (6.000 TM) comenzó a
hundirse rápidamente y la tripulación comenzó a abandonar la nave. Aún
estando enfrascado en ese suceso, “Otto” se da cuenta de la presencia de
al menos otro barco en la zona, el cual resultó ser el HMS Laurentic de
(18.724 TM) que si bien figuraba en el registro como mercante, la
realidad era bien distinta, puesto que se trataba de un crucero
preparado por la Armada Británica
para proteger convoyes. Una vez comprobada esta circunstancia, el
comandante del submarino se hizo cargo de lo peligrosa que resultaba la
situación y optó por torpedearlo. A pesar de que hizo blanco, el HMS
Lurentic no dio muestras de querer hundirse, por lo menos en breve
plazo, cosa que disgustó a Otto pues un tercer buque aparecía en escena.
Se trataba de otro mercante artillado, en este caso el HMS Patroclus
(11.314 TM), que acudía a auxiliar a las otras dos naves. Llegó a toda
máquina y haciendo uso de cargas de profundidad que no llegaron a
amilanar al comandante del submarino, más bien al contrario. Otto atacó
también a este último, en una maniobra arriesgada, dejándolo herido de
muerte. Enfrascado en semejante berenjenal, todavía fue capaz de
percibir la presencia de un avión aliado (probablemente un Sunderland), y
decidió sumergirse para aguantar así el lanzamiento de las consabidas
cargas de profundidad (circunstancia que finalmente no se dio)
Una vez pasado
el peligro, emergió (ya bien entrada la madrugada), para observar como
finalmente se iban a pique los buques y cual sería su sorpresa al
observar que ambos se resistían a hundirse en las gélidas aguas del
Atlántico Norte. Teniendo torpedear de nuevo ambas naves, primero el MHS
Laurentic que se encontraba más cercano y luego el HMS Patroclus con
cuyos tripulantes (que aún se encontraban a bordo) alguna escaramuza de
fuego de ametralladora.
Otto
finalmente vio desaparecer sus objetivos después de haber efectuado el
lanzamiento de 10 torpedos y cuatro cañonazos con el cañón de 88 mm
de cubierta, justo a tiempo de librarse del ataque de el destructor HMS
Achates que se presentó en el escenario de la batalla naval casi al
tiempo que el U 99 la abandonaba. Quedando tras de si una de los ataques
más intensos de la II G M, y dando lugar a un nuevo mito Otto Krestschmer.
El final:
Como tantos
otros U-boot, el U 99 no pudo eludir el acabar hundido, sin embargo,
como podéis leer en este pequeño resumen su singladura fue realmente
intensa.
El día 17 de
marzo de 1941 cuando navegaba por aguas al sur-oeste de Islandia fue
interceptado por el destructor británico HMS Walker y tras someterlo a
un intenso ataque con cargas de profundidad el U 99 resultó severamente
dañado.
El comandante
Otto emergió y de este modo logró salvar la vida de 40 de sus hombres,
perdiendo a 3 de ellos en esa circunstancia.
Cuentan que
una vez rescatados sus hombres, se presentó en la cubierta del HMS
Walker y tras saludar marcialmente al capitán Donald Macyntire le
felicitó por su captura en correctísimo inglés (Otto había pasado parte
de su adolescencia en un colegio del Reino Unido aprendiendo el idioma).
La tripulación del U 99 fue trasladada y confinada a un campo de prisioneros situado en Canadá conocido como campo Bowmanville.
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